En esta ocasión toca hacer autocríticas, ya que este juego tiene dos versiones: ZX Spectrum y Amstrad CPC. En el caso del ZX Spectrum el 80% de los gráficos son míos, adaptados de la versión CPC.
Un nuevo juego isométrico llega a los 8 bits
Las siglas CNG vienen de su autor, César Nicolás González, el cual es también el autor de un excelente emulador de Amstrad CPC (CPCE). Este hombre no sólo se quiso quedar en un emulador, y quiso dar también un buen homenaje a su ordenador favorito con un juego en perspectiva isométrica.
El juego es bastante sencillo en cuanto a diseño, pero es evidente que la versión de CPC es netamente superior. Poder tener un color para cada pixel, por muy grandes que sean estos, es una ventaja que bien aprovechada hace que un juego luzca de maravilla. Desde la pantalla de carga a cada una de las pantallas la versión de CPC derrocha color por los cuatro costados.
En su día me quedé gratamente sorprendido por dos motivos: el color, evidentemente, y lo bien que se movía todo en perspectiva isométrica. Desde Inside Outing no había visto un juego en dicha perspectiva que se moviera con tanta soltura y con unos sprites tan generosos. Os invito a cargar cualquier juego de Ultimate, por ejemplo, para daros cuenta de lo que digo. Evidentemente el modo cero del CPC ayuda mucho, ya que los pixels son más grandes, pero el programador demuestra que no es sólo el tamaño de los pixels en la versión de ZX Spectrum.
El movimiento tampoco es el clásico de estos juegos, ya que el salto puede orientarse a mitad del salto. Cuesta un poco hacerse al control en la primera partida, pero una vez logrado uno se desenvuelve a la perfección y atraviesa pantallas con cierta fluidez.
Y llegamos al juego en si, que consiste en realizar ciertas cosas en cierto orden: coger todas las llaves, toda la dinamita, coger todo el oro, y escapar de la casa. Puede parecer un trabajo largo y tedioso cuando empezáis a recorrer la casa y descubrís sus más de 100 dependencias. Pero de verdad, le acaba uno por coger el tranquillo y recorrer todo el mapa no es tan largo como parece.
El tiempo para acabar el juego es de una hora, por lo que su longitud no es excesivamente larga pensándolo con la cabeza fría.
Dos versiones, la misma diversión
Si me preguntáis por la mejor versión os digo que la de CPC, pero os puedo asegurar que la de ZX Spectrum es exactamente igual de divertida. El sonido es igual de bueno en ambos ordenadores (evidentemente hablo de si tienes un 128K en ZX Spectrum), y recuerda mucho a los viejos juegos españoles para 8 bits.
El mapeado es muy divertido, con grandes detalles, pero hay que ser justos y decir que en ZX Spectrum no todos los tiles son tan bonitos. Se emplearon muchas tramas, ya que se basaron en la versión de Amstrad CPC, y la pantalla de carga ni por asomo es tan buena en ZX Spectrum como en Amstrad CPC, aunque tampoco es mala (las letras creadas con un PC se nota a leguas).
En ZX Spectrum los personajes son más rechonchos, también más grandes, pero sorprende que se muevan tan rápido como en CPC a pesar de ello. Eso si, la animación me salió un poco ortopédica, pero es que eran mis inicios como retrografista… que no, que no se justifica, tirarme piedras. xD
El tiempo no pasa en balde
En esta review tengo que ser franco, el juego ha envejecido bien pero se notan carencias respecto a los juegos de ahora: un menú de opciones simplón, no hay cutscenes, la melodía inicial es muy simple, la pantalla de carga es correcta, etc. Es como la mayoría de los juegos isométricos de los 80, y nos hemos mal acostumbrado a las virguerías de los juegos de hoy día.
Pero si uno es capaz de abstraerse, de ver el juego en si, se da cuenta que hay mucho curro ahí metido, que se trata de un gran juego. Y es que curiosamente apenas hemos visto juegos en perspectiva isométrica desde este (en CPC no recuerdo ninguno, y en ZX Spectrum creo que sacaron alguno).
Yo os recomiendo jugarlo, sólo por el echo de ser uno de los pocos isométricos nuevos ya se justifica. Cuando llevéis varias partidas y empecéis a tener regustillo a juego de antaño comprenderéis el motivo real de esta recomendación, y es que los buenos juegos nunca pasan de moda.